A Étoile, tal vez los nombres funcionan así

Te tengo entre mis brazos,
siento tu pequeño arrítmico latir,
mas mientras miro tus patitas en mi regazo, sé que te estás yendo y no puedes desistir.

Ayer llorabas,
perdida en la oscuridad,
las paredes te hablaban,
parecía que te daban tranquilidad.

Sé que no es así, Sé que estás,
y no estás aquí.

Los días pasaron,
dormir se volvió más sencillo junto a m(t)i.

No sé si los humanos ayudan a los perros,
como ustedes logran curarnos y hacernos sonreír.

No tengo forma de leer tu pensamiento,
sólo puedo sentir que cada vez comes menos, tus huesos han salido a relucir.

Tus brillantes ojos cafés,
ahora son cascadas.

Ya sé que no es fatal,
que en algún momento el momento llega.

Ya sé que era tu hora vieja dama,
94 años no pasan sin advertir.

Gracias por todo querida Étoile,
por siempre estar aquí.

Ahora hay flores en tu tumba,
Me gusta creer que eres un colibrí.
La adornaré en Noviembre,
te prometo que sí.

Yo no sé bien qué es lo que pasa,
si al morir estás aquí o allí.

De cualquier modo,
las estrellas me calman,
tal vez los nombres funcionan así.

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Yo sé que la poesía en verso libre no gana concursos ni te hace relucir, pero para mí es una forma de catársis. Esta vez comparto lo que le escribí a Étoile el año pasado, cada vez que lo leo vuelvo a llorar . Me pregunto si en algún momento dejamos de extrañar a nuestras mascotas.

xoxo,

FeatherGirl