Primero te pediría que cerraras los ojos.
Pero los debes usar para continuar leyendo, así que imagina que cierras los ojos.
¿Ya lo hiciste?
Ahora concéntrate en esa ola gigantesca que está a punto de romperse.
¿Puedes oler la sal?
¿Hace cuánto que no visitabas el mar? La arena está un poco caliente.
***Splash***
Uy, lo siento.
Ya no estamos en el mar.
Esa ola resultó ser una ola de realidad.
¿Te gusta actuar?
Los expertos dicen que todo el tiempo actuamos, que el solo hecho de vestirnos significa performar.
¿Hace cuánto que no sales de tu casa?
**Ding Dong**
Esperas.
**Ding Dong**
Oye, suena el timbre, ¿Qué no vas a contestar?
Ah, ya veo, has pedido comida.
¿No la desinfectarás?
Provecho, tranqui, yo puedo esperar.
Qué bueno que disfrutes la comida china.
Si el mundo no fuera el mundo no la podrías degustar.
¿Escuchas a ese pájaro?
Ven a verlo a la ventana.
Qué linda su cresta rojita, ¿No te parece?
No, No, No.
No todo es una señal de alerta, ¿okay?
Es sólo un pájaro con plumas rojas.
** Riiing**
Eso tampoco es una señal, sólo es el teléfono de la vecina.
Sí, la que dice que con las vacunas nos van a micro-controlar.
¡Deja de pensar en el pobre pájaro de cresta roja!
Ya te dije que no es una señal.
¿Que cómo lo sé?
Porque todo eso son temores categorizados bajo las cabezas de humanoide.
¡Deja esa resortera!
No es su culpa tener plumaje peculiar.
¿Que cómo lo sé?
Porque los dinosaurios no se habían portado mal.
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Queridxs lectorxs, este es un ejercicio refutativo ante lo expuesto y lo entendido por mi persona sobre la obra audiovisual "Sólo queda el mar" de la compañía de teatro Bola de Carne.
No estoy haciendo una crítica pesimista, la pieza que presentan es interesante. Simplemente creo que hay mensajes que no comparto acerca de la pandemia. Si les interesa ver de qué estoy hablando, no duden en dar click aquí:
https://www.youtube.com/watch?v=9gVnB6mujgc
P.D la foto es de Orlando Florin Rosu – stock.adobe.com
Prometo escribir muy pronto, xo
Feather Girl