Un día caluroso.
Una perfecta puesta de Sol.
La noche llegó como un abrigo negro.
Me quedé dormida.
Cuando desperté́ junto a las olas me pregunté la hora.
Sería mejor partir.
Caminé durante horas, perdí mis sandalias en algún lugar.
Llegué a mi cama, me dormí.
Desperté y todo siguió así.
La gente no sale de sus casas.
El sol se esconde de mí.
El mar aúlla en la mañana.
Los perros duermen en la banqueta.
La putrefacta basura acoge y resguarda a los ratones que seguí.
Recorro mis pasos hasta el lugar donde me había quedado dormida.
Tal vez haya algo ahí.
Llego.
Corro por la arena rasposa, gris a esta hora, ¿acaso hay más colores que el gris?
Mis pies gritan de dolor.
El tambor que llevo dentro no me deja concentrar.
¿Qué fue lo que pasó?
Mientras el metrónomo acelera, caigo en cuenta, esto ya sucedió.
Me veo en el reflejo del charco de agua que se ha hecho en la arena, mis ojeras sonríen, son hienas hambrientas.
Cuando observo lo recuerdo, llevo mucho tiempo así.
Hace más de veinte días que no veo salir al sol.
Vivo en la noche eterna.
Y ella no me abriga, no me cuida,
la noche, me mantiene en un oscuro frenesí.
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Este fue un poema que escribí para un concurso de una masterclass con Tim Burton. Me quise inspirar en las sensaciones que me causan sus historias e intenté hacer que el ambiente fuera el adecuado para una bizarra y oscura situación.
No fue publicado y lo tenía guardado por ahí, así que decidí postearlo y compartirlo con ustedes.
Espero que lo hayan disfrutado, xoxo
Feather Girl