La teoría del tiempo que Jorge Luis Borges plantea en sus obras nos lleva a filosofar sobre los instantes, la vida, lo real y de cierta forma nos hace recordar que el tiempo es un constructo social sin el que podríamos existir y al mismo tiempo no seríamos nada pues nuestra humanidad y pensamiento colectivo como tal, no tendría sentido.
Después de leer algunos textos y ver ciertas películas que retoman esta noción tan particular, podría llegarse a la siguiente afirmación:
Si, el tiempo existe gracias a la memoria de los recuerdos,
Si la eternidad es una imagen con sustancia de tiempo,
Si la forma de eternizar una imagen es eligiendo entre un sin fin de posibilidades y, Si la única cosa real,
lo único que existe es el ahora...
Nosotros,
Los humanos,
somos sustancia de tiempo,
eternizadores de mundos y a decir verdad,
vivimos gran parte de nuestra vida sumergidos en el tiempo,
en esta memoria de recuerdos.
Por lo tanto somos memoria,
porque nosotros,
somos el tiempo.
Casi al final del cuento “Funes el memorioso”, Borges le da un diálogo al narrador que demuestra lo que podría ser llamado “la humanización del tiempo”, ya que si pensamos en los humanos como eternizadores de momentos, tomamos como diferenciador ante cualquier otro ser vivo, el hecho de abstraer un instante vivencial y guardarlo en esa caja infinita a la que llamamos memoria.
Así pues, el diálogo es el siguiente: “Sospecho sin embargo, que no es capaz de pensar. Pensar es olvidar diferencias, es generalizar, abstraer. En el abarrotado mundo de Funes no había sino detalles, casi inmediatos.”
¿Acaso esa no era la primera diferencia que los científicos nos han dado ante aquellos otros del reino animal? El pensar por abstracción, el poder de decisión sobre qué valorar. El final del cuento antes ya mencionado, muestra al narrador admirando a Ireneo Funes como si este mismo fuese la historia, como si fuese más antiguo que Egipto, porque Ireneo Funes, lo recordaría todo, por siempre. Como el tiempo.
Probablemente ya he confundido al lector con esta teoría del tiempo, debido a que si Funes recordaría todo, él podría ser visto como el tiempo, y sin embargo, este ensayo está intentando hacernos ver que todos somos tiempo.
Así es como podríamos pensar en la infinidad de recuerdos, de momentos que existen dentro de una persona; si pensamos en todas las personas y consideramos que cada una tiene una infinidad de eternidades en sus manos, y una infinidad de recuerdos, entonces podemos ampliar el pensamiento y pensar, que el tiempo no es uno solo sino es una infinidad de tiempos, de recuerdos, de vivencias; así pues, los humanos somos tiempo. No uno en concreto sino muchos (perdón por la redundancia), muchos tiempos al mismo tiempo.
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Hola queridos lectores, este es un ensayo que realicé para una clase tuve comentarios en lo que me sugerían publicarlo, así que decidí compartirlo con ustedes.
Un saludo, xoxo
Feather Girl
P.D: La foto del artwork es de Yasu Matsumoto, su título es "Prose #1".