Un día más

Un nudo en el estómago me acompaña en el estúpido tráfico de la ciudad.

Es increíble pensar que esta ciudad tenga tantas personas que además llegan a tiempo a sus trabajos. O sea, supongo que se entiende llegar tarde a una comida con amigxs o a una reunión familiar, al fin y al cabo estamos en latinoamérica...pero me parce absolutamente impresionante que mucha gente no haya perdido su empleo con tantos buses y carros estorbosos que no parecen más que un enjambre de moscas sobre heces recién soltadas por alguna manada de vacas que, tenían que pasar. Y lo peor es que ahí, en ese tráfico también estaba yo.

¿De dónde sacan la energía para vivir con tanto ruido? ¿Será que algún día me acostumbraré?

Esta mañana, después del tráfico. Como buena escritora independiente me he plantado en un café. Veo a la gente a mi al rededor e intento imaginar sus historias, entender sus vidas.

A mis 9:15 he encontrado a otros dos escritores, los reconozco por su café del día, su look de hispters -un poco pasado de moda- y el constante tecleo de palabras que hay en su computador. Aunque podrían no ser escritores, podrían ser analistas financieros, podrían estar escribiendo correos de godinez en home office, estar terminando su tésis sobre el último mamut que recorrió las tierras mexicanas, pedir más tiempo para la pensión alimentaria de sus hijxs, o simplemente ser nómadas digitales en su tercer día en esta ciudad.

Es tan fácil pararme y preguntarles a qué se dedican -un poco raro, sí- sin embargo, encuentro mil veces más divertido imaginar sus vidas. Qué tal que algunx casi fue un astronauta o en realidad es la primer persona que se dio cuenta de algo que la mayoría olvida. Para este punto estoy segura que si unx expertx en astrología se pone crítico ante mis palabras, va a decir que soy muy "x signo". Y que eso demuestra por qué prefiero no preguntar. A lo que yo contestaría ¿Y es a que a los demás no les sucede?

Entiendo que la vida a veces apesta tanto como una descripción de Jean Baptiste Grenouille y no me refiero a la historia, sino porque en verdad tienen talento para causar asco. El caso es... que estoy cansada, completamente agotada de tener que ver las cosas así, me desespera escuchar el deporte nacional - que obvio es pitar el claxon cada dos segundos en la calle- y pensar que después de mentarle la madre a alguien que ni conocen, la gente llega con calma a sus destinos.

Si la ciudad tiene secretos para sobrevivirla, me urge que me los cuente. Esta morra le urge poder cantar Fille de Ville y en verdad identificarse con la letra.

Por ahora debo partir, porque no tengo idea cuando tendré que pagar de parking y porque creo que ya me deshaogué lo suficiente.

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Aún no sé quien lee mi blog, pero te mando un saludo, queridx lectorx.